
¿Qué hubiera ocurrido si en vez de una portadora hubiera sido un portador el de la manzana? Que en vez de llamarse Eva se hubiera llamado..., no sé....
-Dios mío de mi vida, cómo se parece a Franshuá, el portero de La romana. Esa tabletita de chocolate que luce donde Juanjo tiene el sebo es inovildable, y apetitosa, y tan durita, tan rica, tan masticable, tan digerible, tan...
-¿Salada?
-¿Desde cuándo son salados los estómagos?
-Ah, ¿pero no hablabas de lo otro?
-Por favor, Pepa, tú siempre pensando en lo mismo, yo voy más allá de...
-Ya, ya..., sí ya sé dónde vas tú, pero yo voy a lo otro, ¿imaginas que ese tipo fuera el de la manzana?
-Ay hija, no quiero ni pensarlo porque si siendo Eva llevo la vida que llevo, no quiero ni pensar la que llevaría siendo Franshuá... ¿O sabes qué?, que no es que quiera pensarla, es que quiero vivirla y comérmela, porque las manzanas están para eso, para comerlas, ¿no?
-"Entre dos males, siempre escojo el que nunca probé", eso dijo Mae West.
-¿Y eso a que viene?
-No sé, la recordé ahora, ¿nos vamos a por unos Franshuás?