sábado, 24 de noviembre de 2007

Cosa´s




-Pepa, baja a ver si tenemos correspondencia.
-¿Y por qué no bajas tú?
-¿Yo? Mira, mírame bien, ¿no ves nada raro?
-No.
-¿Cómo qué no? Mira qué pintas tengo: el pelo enmarañao, se me ha corrido el lápiz de ojos, apenas tengo sombra, el antiojeras brilla por su ausencia, los labios resecos, la…
-Para ya, mujer; tampoco es el fin del mundo.
-¿Cómo qué no?
-Pues como que no, que el mundo no se va a paralizar porque estés un día con la cara lavada.
-¿Cara lavada?, Esto no es una cara lavada, esto es un poema de mal gusto. Y eso de que el mundo no se paraliza… Ja, que te crees tú eso, pregúntales a las palacios.
-¿Las palacios?
-Sí, mujer, las hermanas esas del gran hermano; las han dejado sin maquillaje y están que vamos…, si yo fuera ellas, ya me hubiera ido de la casa; ¿pero cómo se les ocurre castigarlas de esa manera? Claro, como ellos no se maquillan… ¡Qué poca humanidad tienen! ¿No crees?
-¿?... Creo que mejor voy a ver si hay correo.










domingo, 1 de abril de 2007

Endiablá


-¿Qué te pasa? Andas muy callada estos días, ¿te has quedado sin barra de labios?
-Ay nena... ¡Cómo se te ocurre decirme eso! Tengo la nueva colección de Versace, no es eso es que... ¡Ays, no me mires así que me pones de los nervios!
-Vale, no te miro. Te es...
-Es que hace días que no sé nada de Jacinto
-...cucho... ¿Jacinto? ¿Y quién es Jacinto?
-Nena, Jacinto es Jacinto.
-Ah, ya, claro. ¿Y Jacinto es...?
-Sí mujer, has memoria
-La hago, Lola, la hago... Jordis, Fransuás, Peters, Mars, Jhonis, Richards...
-Aaahhh... Ya, quita, quita, ya sé por qué no lo recuerdas, es que tú lo conoces como Richard, jejeje
-¿Richard? ¿Richard es Jacinto? ¿El de las cartas?
-Sííííííí... El mismo. Y no me mires así, entiende que un Jacinto no pega nada en mi agenda, así que decidí llamarlo Richard, Richard es más... más...
-¿Glamuroso?
-Sí, ¡eso es! Pues ando preocupada, pero sólo un poco, ¿eh?, no tanto... lo justo diría yo, aunque no soy la única; Pepe el cartero también está mosca; ya sabes que si hay alguien en este mundo que sepa de cartas es él; el otro día me dijo, “vaya, ¿no es extraño que ya no reciba cartas de Jacinto? Y tú dirás cómo sabe él que Richard no se llama Richard sino Jacinto. ¿Te lo preguntas, no?
-Ehmm...
-¡Mujer!, ¡porque es cartero!, ¿lo pillas? Ellos lo saben todo, saben hasta dónde vivimos, no sé cómo lo hacen...
-Esto...
-... Pues como él sabe tanto y controla tanto la correspondencia me dijo eso y ahora yo te lo digo a tí.
-¿Me estás diciendo que estás así de apagada porque el cartero sabe que Richard en realidad es Jacinto y se ha dado cuenta de que ya no te escribes cartas y que deberías preocuparte por si le ha ocurrido algo a pesar de llamarse Jacinto y no Richard o es que me quieres volver loca?
-¡Anda!, ¿y qué mosca te ha picado para que me hables así?
-Lola, es que si no lo digo de esa manera no me dejas decir palabra.
-Ah, bueno... Al tema, ¿crees como dice Pepe que debería contactar con él y ver si le ha pasado algo? Porque vamos, si es que me está dando plantón lo lleva claro, que aquí quién planta soy yo, y se he de comprarme un Jacinto y plantarlo en la terraza, lo hago, vamos... a ver cuándo ha tenido él, teniendo nombre de planta, una flor como yo al alcance de su mano, ¿no crees?
-Creo que aquí hay mucha planta suelta, Lola, eso creo.
-¡Dios!, lo sabía, sabía que había otra maceta por medio, pero... ¿cómo lo has sabido tú?, ¿eh?, ¿es que ahora te escribe a tí? Desde luego, Pepa, hacerme eso a mí... Claro que.... tampoco me extraña... siempre te gustó la jardinería, Pe Pa.
-Pero...
-Nada, nada, déjalo, malamiga, sigue con tu casa y jardín que ahora mismo me voy donde Pepe a que indague sobre la misteriosa ausencia de cartas en mi buzón. Se va a enterar el cardo borriquero aquel de quién es Lola.

Click.






martes, 27 de marzo de 2007

¿Eroticuá?


-Ay nena, qué ganas tenía de llegar a casa, estoy agotada, uff...
-¿De dónde vienes con todos esos paquetes?
-Ehm...
-A ver... ¿cama de rosas? ¿Eso qué es?
-Pues... Una... ¡Una tienda de productos aliviantes del alma! Sí, eso es.
-¿Aliviantes del alma? A mí me suena más a otra cosa... a sábanas deshechas.
-Sí, sí, sí, del alma, y trae las bolsas, y... y no me molestes, voy a mi cuarto.


-Peeepaaaaa... ¿puedes venir un momento?
-Peeroo... ¿pero qué haces con esas pintas?
-Estimular mi mente, pero no lo consigo. Esto ha sido una estafa, chica.
-Vamos a ver, Lola, ¿esos son los productos para "aliviar tu alma”? Porque en mi tierra, eso se llama bolas chinas, aquello consolador, hum..., un estimulador del clítoris, esponja multifuncionar, dedo...
-Ays, chica, vale ya. Es que no sabía cómo decirte que visité Erotiza tu Mente. Tendrías que ver la de cosas que dicen... y vamos, las que muestran.
-Me hago una idea...
-Pero no hay manera. Llevo dos horas aquí encerrada y nada, que no veo yo ningún cambio; mi mente sigue pensando en la cara que puso la visa al pagar.
-Lola... Lola... que erotizar tu mente no es ponerte las bolas chinas como pendientes, el consolador como peineta, el estimulador como chupachups y el...
-¿Ah... no? ¡Sabrás tú! Pepa, que nos conocemos...
-Pues no, monina, así que ya puedes quitarte todo esa “bisutería” y... ¿qué has dicho?
-Nada, nada... Pero Pepa, ¿cómo me lo voy a quitar?, si ellas dicen que esto erotiza mi mente, por mi madre que yo salgo de aquí erotizá perdida... ¿De verdad estoy tan ridícula?
-Ehmm.. yo diría que sí, Pepa, que se te ve ridícula. Y verás, erotizar tu mente es como abrir el paladar a nuevas...
-¿Comidas?
-Sí, más o menos. Debes dejar libre tu mente de toda inhibición, dejar que fluyan tus deseos más ocultos, tus fantasias... que tu placer sea la máxima a conseguir, ¿entiendes? No tiene por qué haber sexo implícito, es jugar, inventar, descubrir...
-Pepa, por favor, que yo siempre tengo orgasmos, vamos... a ver si te crees que con este palmito me quedo a dos velas... ¿Y qué has querido decir con eso de sexo implítico? La verdad, qué rebuscada eres, chica.
-No soy rebuscada, te digo que no folles a la primera de cambio, ¿me entiendes así?
-Ohhh... ¡Pepa! Pero... yo no follo, yo realizo un intercambio de expresión corporal... Dos velas, dices..., anda que...
-Sí, dos velas, igual es hora de que comiences a usarlas..., a ver si así se te alumbra la mente. Las velas son...
-Pepa, no entiendes nada, pero si ellas no dicen nada de velas. Mira, hablan de cadenas, de lazos, de plumas, de...
-... Pues la esperma de la vela en la piel también tiene su aquel, no creas; y eso de los lazos y las plumas... humm...
-¡Pepa!, pero... ¡¿Es que tú haces esas cosas?! Seguro que fue cuando te echaste aquel novio monaguillo, ya decía yo que era un poco raro, ¡velas!, qué horror. ¿Sabes qué te digo? Que ahora mismo voy y devuelvo todo esto y...
-¡Nooo...!, no lo devuelvas...
-¿Cómo que no? Pues claro que sí, mírame, este color carne de las bolas y ese azul eléctrico del consolador no van nada con el tono de mi piel, seguro que me producirían alergias, lo devuelvo todo, eah.
-Que no mujer, no los devuelvas que esta noche he quedado con Richard y me apetece jugar un poco con él... Además, esos artículos no admiten devoluciones...
-¿Richard? ¿Tú juegas con Richard con... con estas cosas?
-Sí, Richard. ¡Claro que juego con él!
-Y... ¿... a qué juegas?, ¿a médicos y enfermeras como los críos? ¡Ja!
-No creo que los críos jueguen como nosotros, te lo puedo asegurar. A ver si te creías que lo que oías algunas noches era el maullido del gato que tiene la casera.
-¡Pepa!
-Anda, dame acá; esto me lo quedo yo, te lo pago y así tu visa vuelve a sonreír y mi mente a expandirse. Y por cierto, vuelve a leer, pero esta vez bien, el artículo, anda.

sábado, 17 de marzo de 2007

Sirena



-Ay nena, que emocionada vengo. He salido a navegar bien temprano y me he encontrado con un capitán de navío que ríete tú de los del Elcano, ufff..., aún ando sofocada de la impresión.

-Lola, que tú no tienes barco...

-¡Mujer!, ya me entiendes, no hablo en el sentido ese de las letras, hablo en el de andar por casa.

-¡Ah!, ya, el del rimel y tacones.

-Bueno, si te vas a poner como siempre no te cuento nada.

-Venga, bah, es broma; cuéntame tu travesía.

-Pues que iba yo toda zigzagueante y me lo encuentro así, ¡zas!, de pronto, sin avisar y te juro por mis velas que casi me doy de bruces contra un atolón..., creo que ha sido amor a primer viraje. Tiene unas manos..., ¡qué arte!

-Hija mía, ya será pa´menos; mira que para ti todos tienen buen dominio de sus apéndices y luego pasa lo que pasa, cada uno en su casa.

-Que no Pepa, que no, que te digo que esta vez es diferente.

-¿Diferente por...?

-Pues, hija, ¿por qué va a ser?, pareces tonta hoy, pues porque no me ha puesto la mano encima. Su nave está atracada en un página de internet, y él con ella, lastimoso,¿verdad?

-Jjajaja...

-¿A qué viene esa risa?, no te estoy contando ningún chiste.

-Pero, Lola, mujer..., entiende que...

-¿Quéééééé...?, entender, entender, entender..., siempre estás con lo mismo, qué desaborida que eres, Pepa. Si salieras por esos mundos más a menudos me entenderías...

-¡No me digas que ya te has paseado por su cubierta!

-Ehm... Técnicamente se podría decir que me he paseado por su cubierta, pero no por “esa cubierta” que tu mala mente piensa, me he paseado por aquella misma, la técnica. Es que es un artista, nena, ¿me imaginas a mí posando para un artista?, deja, deja, no me contestes... Sabe cómo captar tu esencia verdadera, tu yo interior, ya sabes.

-Ya, ya..., ¿el de sin mi rimel y sin mis tacones no doy dos pasos?, lo dudo, a ti no te pescan sin ellos ni tu madre; Lola, que nos conocemos...

-Pues te equivocas, con éste renegaría de ellos; tiene unas manos prodigiosas, ¿no te dije que es diferente a todos?

-Bueno, ¿y quién es él?, ¿dónde está?

-Aquí.No me digas que no es una maravilla

-¡...!

-Impresionada, ¿eh?, tengo buen gusto, y él mucho maña; reconócelo.

-Pues, sí. Encantado me ha. ¿Vas a posar para él?

-¡Que más quisiera hija!, ¿crees me aceptaría?, debe tener una lista de espera mayor que la del ginecólogo.

-Humm..., no sé, ¿se lo has pedido?

-¡Pepa!, ¿cómo voy a pedírselo?, no, no, no..., que aunque no lo parezca una tiene su aquel, pero... mira, para que veas, no me importaría que me pillara sin rimel, sin tacones y sin ropa porque haría de mí una auténtica Venus, ¿imaginas?, inmortalizada como la sirenita danesa; parece que ya me veo así, toda yo, distante y cercana a todos los mortales...

-Ya, ya..., sí, verte se te ve, al menos yo te veo, pero no sé si te verán los demás. Anda, vamos de aperitivo.

-¿Insinúas algo? Bah, deja... Esto... digo yo que podríamos acercarnos hasta el corte ingles, me han dicho que ya están con la primavera y mis zapatera y neceser piden a gritos una renovación

-¿Al corte inglés?, ¿y qué hay de tu esencia?

-¡Mujer!, que el abordaje no fue para tanto, además, ya sabes que sin rimel y tacones pierdo mucho, pero eso sí, si me pinta como la sirenita que me dé un toque de color, que los grises me van fatal.

Ay nena, que el "Aquí" ha estado en casa y yo sin pasar por pintura

domingo, 4 de febrero de 2007

Manzanas



¿Qué hubiera ocurrido si en vez de una portadora hubiera sido un portador el de la manzana? Que en vez de llamarse Eva se hubiera llamado..., no sé....


-Dios mío de mi vida, cómo se parece a Franshuá, el portero de La romana. Esa tabletita de chocolate que luce donde Juanjo tiene el sebo es inovildable, y apetitosa, y tan durita, tan rica, tan masticable, tan digerible, tan...
-¿Salada?
-¿Desde cuándo son salados los estómagos?
-Ah, ¿pero no hablabas de lo otro?
-Por favor, Pepa, tú siempre pensando en lo mismo, yo voy más allá de...
-Ya, ya..., sí ya sé dónde vas tú, pero yo voy a lo otro, ¿imaginas que ese tipo fuera el de la manzana?
-Ay hija, no quiero ni pensarlo porque si siendo Eva llevo la vida que llevo, no quiero ni pensar la que llevaría siendo Franshuá... ¿O sabes qué?, que no es que quiera pensarla, es que quiero vivirla y comérmela, porque las manzanas están para eso, para comerlas, ¿no?
-"Entre dos males, siempre escojo el que nunca probé", eso dijo Mae West.
-¿Y eso a que viene?
-No sé, la recordé ahora, ¿nos vamos a por unos Franshuás?